De todos los viajes que he realizado, tengo un recuerdo. En tiempos alguna curiosidad del país ó lugar y ahora, principalmente me traigo
siempre plantas para el jardín ó piedras. Tengo asumido que si me traigo diez plantas, solamente conseguiré sacar adelante la mitad más ó menos. Ya le estoy coguiendo práctica y me va muy bien. Ayer mientras estaba en el jardín enredando un poco, me llamo una viajera pidiendo plantas de la «Flor de la Pasión». Está preciosa, aunque solo conseguí que enraizara la de color azul. La granate no lo conseguí, asi que la próxima vez que vaya a ese kibbutz de Tierra Santa, trataré de conseguir una planta.
Yo estoy encantada con mis plantas. Y no digamos de mis piedras. La de la foto debajo de la botella de cristal es de mi primer viaje a Tierra Santa. !! Ni sé los años que tiene¡¡
Un granado enano de Assis que está conmigo desde setiembre de 2007
La menta que me dió Rafur, el dueño del restaurante árabe de Nazareth. Allí el té lo dán con hojitas de menta.
El acebo es de Zugarramurdi. Era pequeñito, apenas tenia hojas, pero ya veís como está.
La piedra que está debajo del botellón de cristal es de Belén y la trajé en el bolso de mano en primer viaje a Tierra Santa. Muchos años… muchísimos.
No acabaría nunca. Peonías de Madeira, rosas moradas, cuando aquí todavía no se veían. En fin… Lo más fácil son los cactus.
Esos los dejamos para otro día.