Si en algún momento he podido tener alguna duda sobre estas palabras de Juan Pablo II : «los turistas pasan por los lugares, los peregrinos se los llevan en el corazón».
A la vuelta de este viaje, ya no tengo ninguna duda de la realidad de las mismas. Los peregrinos que ayer regresamos del Santuario de Lourdes, llevaremos siempre en el corazón esta peregrinación.
Por mí parte siempre ha sido un lema importante el hacer lo que esté en mí mano por conseguir que el viajero-peregrino sienta dentro de sí, de una forma ú otra todo lo que está viviendo.
Los días fueron espléndidos. Lourdes estaba precioso. Sin demasiada gente. Bartres como siempre encantador y lleno de paz. El hotel fenomenal y la comida fantástica, pero sobretodo debemos dar las gracias a nuestro acompañante religioso. Para él su primera experiencia, para nosotros una peregrinación de esas que dejan marca. Gracias.